El diagnóstico.
Después de la recepción pasamos a hacer el diagnóstico de su reloj, aquí el técnico examina en qué estado llega el reloj y que necesita para su reparación.
En un principio se centra en la parte externa del reloj se revisa como se encuentra todo antes de la reparación y se verifica su funcionamiento, que todo opere correctamente; el cierre de la correa o brazalete metálico, las asas de la caja y pasadores donde se une la correa a la caja del reloj, el fondo o tapa, los pulsadores, la corona y el cristal.
Después pasamos a la maquinaria, se separa la caja del brazalete y abrimos el reloj. Antes de ver el movimiento nos aseguramos que las fijaciones de este a la caja estén correctas y que no ha entrado humedad ni agua.
Verificamos que en los relojes de cuarzo la pila esté bien sujeta en su sitio y comprobamos su carga, que consumo tiene el circuito y cuál es el consumo total del movimiento.
En los relojes mecánicos comprobamos la marcha del reloj y su afinación así vemos la exactitud (si adelanta o atrasa) y qué amplitud de giro tiene el volante.
Con estos parámetros tanto en los de cuarto como los mecánicos y viendo el estado general de la máquina, su engrase, posibles partículas de polvo o suciedad que pueda tener determinaremos la naturaleza de la reparación que necesita el reloj si se trata de un servicio completo o un mantenimiento parcial.
Hay que tener en cuenta las recomendaciones que nos dan los fabricantes, nos dicen que un reloj debe hacerse un servicio completo cada 5 o 7 años esto dependerá del uso que se le dé.
No podemos olvidar que se trata de una maquinaria con muchas partes móviles con tensiones, roces y fricciones que se debe engrasar y ajustar periódicamente ya que está en funcionamiento todos los días del año y le pedimos que no nos falle ni un segundo.
Una vez vista la maquinaria se desencaja el reloj y se revisa que tanto la esfera como sus fijaciones y las agujas estén correctas.
Con este proceso podemos ver en qué estado se encuentra el reloj y qué reparación necesita pudiendo así efectuar un presupuesto dónde detallar qué trabajo y que piezas son las imprescindibles para la reparación y que trabajos o recambios serían opcionales o recomendables hacer, dejando que el cliente decida si quiere añadirlas o no a la reparación.
El diagnostico se cumplimentará con unas fotografías tomadas por técnico y toda esta información se introduce en el software de gestión de reparaciones quedando a disposición del cliente que podrá acceder en cualquier momento desde un ordenador, tablet o móvil.