«Todo empezó con un ruidito” (dijo el cliente)
Empezó con un pequeño ruido sin importancia, el reloj seguía funcionando, pero….
En este Omega Seamaster Diver 300M la falta de mantenimiento y ajustes de la maquina le acabó provocando daños muy importantes.
La vibraciones, el día a día el uso normal de un reloj puede hacer que un tornillo se empieza a aflojar, hasta aquí normal.
Los técnicos nos encontramos con muchos casos así; puentes con holgura, tornillos poco prietos, juegos axiales fuera de tolerancia, se ajustan o rectifican, es parte de lo que denominamos servicio de mantenimiento completo que los fabricantes aconsejan realizar cada cinco años.
Por el contrario y por desgracia la cultura que tenemos en cuanto al mantenimiento de un reloj es muy diferente y no se acude al servicio técnico hasta que el reloj no es fiable o deja de funcionar.
Hay que tener en cuenta que un reloj es una máquina de precisión que funciona todos los minutos de todos los días y no queremos que tenga variaciones.
Aquí vemos los daños que provocó un tornillo al soltarse dañando los puentes el rodaje y la masa oscilante.